El uso del poder blando de China para apoyar su compromiso estratégico en America Latina
Dr. R. Evan Ellis, PhD
Dra. Kelly Senters Piazza, PhD, Academia de la Fuerza Aérea de EUA
Mayor Adam Greer, USAF
General (Retirado) Daniel Uribe, PhD, USAF*
Introducción
El creciente compromiso y presencia de la República Popular China (RPC) en
América Latina y el Caribe ha captado la atención de los líderes políticos y empresariales y de la gente de la región, así como de los Estados Unidos de América
(EUA). Aunque la participación y el uso del poder blando por parte de la RPC
tiene dimensiones políticas, culturales y de seguridad, entre otras, se puede decir
que la atención que la RPC atrae en la región está impulsada principalmente por el
ritmo del ascenso de China y la atracción de beneficiarse de ella a través de compromiso y participación en negocios. Para América Latina y el Caribe, el auge de la
RPC se ha sentido más directamente a través de su creciente importancia como
socio en comercio, préstamos, e inversiones en la región durante las últimas dos
décadas. Desde la aceptación de la RPC en la Organización Mundial de Comercio
en 2001, el comercio entre la RPC y América Latina se ha multiplicado por 17: de
18.500 millones de dólares en 2002 a 312.000 millones de dólares en 2020.1
En términos políticos, además de las regulares interacciones bilaterales regionales, la RPC se ha comprometido con América Latina principalmente a través de
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y a través de
prácticamente todas las demás instituciones multilaterales de la región, incluido el
sistema interamericano, donde ha tenido un papel activo como observador en la
Organización de los Estados Americanos (OEA) desde 2004. En las cumbres de
nivel ministerial China-CELAC de 2015, 2018 y 2021, la RPC avanzó “planes”
multianuales que detallan cómo la RPC aspira a llevar su relación con la región.2