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Dialogo

El compromiso de México con China y las opciones para su futuro

R. Evan Ellis
R. Evan Ellis Dialogo

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Introducción

En vísperas de las elecciones nacionales de junio de 2024, el creciente compromiso de México con la República Popular China (RPC) tendrá profundas implicaciones para el futuro del país, así como para Estados Unidos y el resto de la región.

Antecedentes

La relación de México con China siempre ha sido complicada. Aunque los emigrantes chinos formaron una parte importante de la historia nacional de México, la percepción de la “otredad” de la comunidad china y la competencia por el trabajo provocaron violencia ocasional contra los chinos étnicos. Con la expansión contemporánea de la economía de la RPC, la posición de ambos países como exportadores de manufacturas llevó a muchos mexicanos a ver a la RPC como un competidor, tanto como una oportunidad económica. En consecuencia, México no se ha adherido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China ni al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII).

México fue uno de los primeros países de América Latina en reconocer a la República Popular China, en febrero de 1972, bajo la presidencia del izquierdista Luis Echeverría. La larga relación entre la RPC y México y la importancia estratégica de este último como potencia económica con influencia regional llevaron a la RPC a reconocer a México en 2003 como “socio estratégico”, uno de los primeros Estados del hemisferio a los que confirió ese estatus. Al igual que con otros “socios estratégicos” de la RPC, el estatus fue acompañado por el establecimiento de un Grupo de Trabajo de Alto Nivel diseñado para facilitar los proyectos chinos en México, la coordinación política y otros aspectos de la relación. En 2013, bajo el gobierno favorable a Estados Unidos de Enrique Peña Nieto, México elevó su relación con la RPCh a “Asociación Estratégica Integral.”

México, como cabeza de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de 2020-2021, lideró el avance de la región hacia la RPC en el foro China-CELAC de 2021.  El entonces Secretario de Relaciones Exteriores de México y uno de los principales candidatos presidenciales para 2024, Marcelo Ebrard, encabezó viajes a la RPCh en 2019 para buscar oportunidades de negocios para México y copresidió el foro China-CELAC con el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, además de encabezar viajes a China en julio de 2019 y junio de 2023.

A pesar de esta aparente alineación, la relación México-RPC ha estado sujeta en repetidas ocasiones a tensiones por cuestiones tanto políticas como comerciales. La reunión del presidente mexicano Felipe Calderón con el Dali Lama del Tíbet en suelo mexicano en septiembre de 2011 provocó una furiosa reacción de la RPC. Por otra parte, en noviembre de 2014, México canceló un proyecto ferroviario que conectaba Ciudad de México y Querétaro y que había sido adjudicado a China Railway Road Corporation (CRRC) por irregularidades en el contrato relacionadas con un supuesto conflicto de intereses en el que estaba implicada la esposa del presidente mexicano. En enero de 2015, la Profepa detuvo Dragon Mart, un importante centro mayorista-minorista de empresas y productos chinos en Quintana Roo, y multó a sus promotores por construir una carretera sin los estudios medioambientales adecuados. El proyecto contó durante mucho tiempo con la oposición de minoristas y fabricantes locales, que lo consideraban competencia. En abril de 2022, el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador pidió la nacionalización del sector del litio de México después de que la empresa minera china Ganfeng acabara de gastar 264 millones de dólares para adquirir el control total de Bacanora, un importante yacimiento de litio en el desierto de Sonora.

La postura del actual gobierno de México hacia China refleja los imperativos contrapuestos de su estrecha interdependencia económica con Estados Unidos, la competencia económica estructural con la RPC y la desconfianza hacia ella, combinados con el deseo de aprovechar las oportunidades comerciales chinas y dar al país opciones económicas y políticas independientes de Estados Unidos.

Comercio

El comercio México-RPC se ha expandido más de 18 veces hasta alcanzar los 136.700 millones de dólares en las dos décadas transcurridas desde 2001, cuando la RPC fue admitida en la Organización Mundial del Comercio (OMC). A lo largo de ese periodo, la RPC ha vendido sistemáticamente mucho más a México de lo que éste ha vendido a la RPC, lo que ha contribuido a la percepción de la RPC como competidor de México. Aunque las exportaciones de México a la RPC se multiplicaron casi por 17 entre 2002 y 2022, pasando de apenas 654 millones de dólares a 10.900 millones de dólares, sus importaciones procedentes de la RPC durante ese periodo fueron diez veces mayores que las exportaciones, 6.600 millones de dólares en 2001, y se expandieron más rápidamente hasta alcanzar los 125.800 millones de dólares en 2022.

Desafiando el patrón de comercio entre la RPC y muchas empresas latinoamericanas, las principales exportaciones de México a la RPC son una combinación de materias primas y productos acabados. Sus principales exportaciones a la RPC en 2021, por ejemplo, fueron cobre, autopartes y automóviles, seguidos por carne de cerdo.  Otras exportaciones agrícolas mexicanas significativas a la RPC incluyen harina de pescado y aguacates.

Proyectos comerciales

A pesar de la competencia estructural entre ambos países, la inversión de empresas con sede en China en México es mayor y más antigua de lo que comúnmente se cree. La Red China-América Latina y el Caribe documenta 20.800 millones de dólares de inversión de empresas con sede en la RPC en 150 proyectos desde 2001.

La dinámica de los negocios chinos en México refleja tanto los temores de quienes consideran que la entrada de China compite con las empresas de propiedad mexicana, como los de quienes esperan obtener beneficios económicos asociándose con empresas con sede en la RPC o trabajando para ellas.

Gran parte de la inversión china en México ha estado motivada por las esperanzas de la RPC de acceder al mercado norteamericano más amplio desde México a través del marco comercial del TLCAN y ahora del USMCA, en particular porque Estados Unidos ha impuesto aranceles y otras restricciones a los bienes fabricados en la RPC. El actual “desacoplamiento” entre Estados Unidos y China, y su impulso asociado para el “nearshoring” en México, en la medida permitida por las condiciones políticas y de seguridad del país, es por lo tanto probable que impulse a más empresas con sede en la RPC a México, buscando proteger su acceso al mercado estadounidense transformándose de una empresa con sede en la RPC, a una mexicana. A medida que las empresas no chinas, como Tesla, se trasladan a México, también alientan a sus proveedores chinos a seguirlas. En 2022, las empresas con sede en la República Popular China representaron el 40% de la inversión en nearshoring en México, y un notable 80% del espacio en parques industriales de nueva construcción en el país.

Fabricación

En consonancia con el interés chino en acceder al mercado estadounidense a través de México, las empresas con sede en la República Popular China han realizado múltiples inversiones en los sectores manufactureros de México. Históricamente, éstas se han centrado en los sectores de automóviles y autopartes, incluyendo fábricas de First Auto Works (FAW) en Michoacán y Foton en Veracruz, con Chery y BYD, entre otros, planeando fábricas en el futuro.

Uno de los focos crecientes de la presencia manufacturera china en México son los vehículos eléctricos.  FAW ha expresado su interés en construir una planta de vehículos eléctricos en Hidalgo por valor de 350 millones de dólares.  El principal fabricante chino de vehículos eléctricos, BYD, también ha establecido su presencia en el país, mientras que la empresa Solarever, con sede en la República Popular China, ha propuesto invertir 1.000 millones de dólares en una planta de baterías para vehículos eléctricos en el estado de Jalisco.

Más allá del sector de la automoción, el fabricante de ordenadores de capital chino Lenovo ha instalado en México su mayor fábrica del hemisferio. Impulsados en parte por los imperativos del near shoring, los parques industriales de los estados mexicanos cercanos a Estados Unidos, como el Parque Industrial Hofusan en Nuevo León, están llenos de empresas con sede en la RPC.

Petróleo y gas

Las empresas con sede en la RPC han establecido una presencia limitada en el sector petrolero de México, acompañada de numerosos contratiempos. En 2014, cuando el gobierno mexicano de Enrique Peña Nieto estaba abriendo el sector a la inversión extranjera, la RPC ofreció un préstamo de 2.400 millones de dólares a PEMEX, similar a un préstamo de 10.000 millones de dólares que China había hecho a la brasileña Petrobras para facilitar el acceso chino a información y proyectos petroleros en el propio sector petrolero de Brasil. Sin embargo, a diferencia del gobierno de Lula en Brasil, el gobierno de Peña Nieto en México no aceptó la oferta china. Impertérrita, China siguió buscando una participación en el sector petrolero de México. En diciembre de 2016, China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) ganó una licitación para desarrollar la Cuenca Perdido, en el Golfo de México, adyacente a aguas estadounidenses, aunque el yacimiento no ha sido tan productivo como esperaba la República Popular China.

Más recientemente, en 2020, con el gobierno de AMLO en el poder en México, la RPC ofreció una financiación de 600 millones de dólares del ICBC y el Banco de China para la refinería de Dos Bocas, pero al igual que con la oferta de préstamo de 2.400 millones de dólares de 2014, no fue aceptada.

China también ha buscado acceso al petróleo de México a través de acuerdos de compra a largo plazo. En julio de 2023, por ejemplo, la empresa energética china Zhejiang firmó un acuerdo de 20 años con México Pacífico para comprar GNL.

Minería

La presencia de China en el sector minero de México puede dividirse entre las actividades mineras tradicionales, y el litio. En la minería tradicional, las empresas chinas han explotado múltiples minas a pequeña escala, incluidas las gestionadas por China Unified Mining Development en Guerrero, Michoacán y Colima.  Además, Shaanxi Dongling Group, con sede en China, tiene una pequeña explotación minera de 3,4 millones de dólares en el estado de Sinaloa, Los Vasitos.

En el sector tradicional, según los expertos consultados para este trabajo, México ha tenido continuamente problemas con metales extraídos ilegalmente y exportados sin el pago de impuestos, a través del puerto de Lázaro Cárdenas, a compradores principalmente chinos.

El papel de la RPC en el sector del litio en México es más reciente y significativo que el de la minería tradicional y se integra con la posición de la RPC mencionada anteriormente en el valor del VE tanto en México como en otras partes de la región.

En 2022, la empresa minera Ganfeng, con sede en la RPC, pagó 264 millones de dólares para completar la adquisición del yacimiento de litio Bacanora, en el desierto de Sonora. Bacanora es un complemento de las operaciones de extracción y procesamiento de litio de la RPC en Bolivia, Chile y Argentina, y ayudará a abastecer a los fabricantes de automóviles chinos, así como al fabricante estadounidense de vehículos eléctricos Tesla. En 2022, sin embargo, el anuncio de AMLO de su intención de “nacionalizar” el sector del litio suscitó dudas sobre la seguridad de la posición de Ganfeng, aunque el gobierno mexicano declaró posteriormente su intención de respetar la concesión existente de Ganfeng si supera las revisiones reglamentarias estatales. Sin embargo, dada la escasez de extractoras de litio no chinas en México, la medida del gobierno mexicano plantea la posibilidad de que Ganfeng se convierta en la única minera de litio no estatal en México, haciendo que Bacanora sea aún más valiosa si los intentos de México de desarrollar el sector en otras áreas no tienen éxito.

Logística e infraestructuras

La RPC tiene una presencia significativa y de larga data en el sector logístico de México. La empresa Hutchison Whampoa, con sede en Hong Kong, explota los principales puertos del país desde finales de los años noventa.  Hutchison tiene actualmente siete concesiones portuarias en México: dos en Ensenada, dos en Veracruz y una en los puertos de Lázaro Cárdenas, Manzanillo y el puerto terrestre de Hidalgo.  El actual presidente de México, López Obrador, ha cuestionado cómo Hutchison obtuvo generosos términos de arrendamiento, como una concesión de 100 años para el puerto de Veracruz, y ha amenazado con revocar la concesión, pero nunca ha emprendido tal acción.

En el transporte terrestre en México, las empresas con sede en la República Popular China sufrieron inicialmente múltiples contratiempos, incluida la ya mencionada cancelación en 2015 del tren rápido Ciudad de México-Querétaro, adjudicado a un consorcio liderado por CRRC.  Sin embargo, el actual presidente de México, López Obrador, ha sugerido que podría reactivar el proyecto, presumiblemente adjudicándoselo a CRRC.

El mayor proyecto de construcción de transporte terrestre de China en México es su trabajo en el emblemático tren maya de López Obrador, que conecta varias ciudades y lugares turísticos del sur de México. China Communications Construction Corporation (CCCC) no fue el socio clave en la construcción del primer segmento de 227 kilómetros del tren, de Palenque a Campeche. Además, su asociada en el consorcio, Mota Engil, es propiedad de CCCC en un 30%. Al igual que otros proyectos realizados por la RPC en la región, el tren maya ya ha tenido problemas, incluida una huelga de trabajadores en Tabasco por impago de salarios.

El otro gran proyecto de infraestructuras de transporte de la RPC en México es la Línea 1 del metro de Ciudad de México, adjudicada en noviembre de 2020 a la empresa CRRC-Zuzhou, con sede en la RPC. El proyecto incluye la compra de trenes y la construcción de un nuevo centro de control del metro.

Electricidad

La RPC se ha posicionado para ser un socio clave del sector eléctrico en México, ya que el favoritismo del gobierno de AMLO hacia el proveedor estatal de electricidad, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), expulsa del mercado a otros proveedores y potenciales inversores. En noviembre de 2020, la empresa china State Power Investment Corporation, matriz del gigante eléctrico PowerChina, adquirió el proveedor de electricidad centrado en las energías renovables Zuma Energy. Además, la República Popular China ha utilizado su posición en el mercado para establecer vínculos con la CFE y el Estado mexicano en proyectos de energía verde, incluida una reunión en abril de 2023 entre PowerChina y la CFE.

Las empresas con sede en la RPC también han perseguido otros proyectos de electricidad en el país, incluida la construcción de la instalación hidroeléctrica Chicoasen II de 386 millones de dólares por Sinohydro, aunque el proyecto se retrasó por protestas en 2016, un año después de la adjudicación inicial.

Presencia de la RPC en sectores digitales en México

Al igual que en otras partes de América Latina, las empresas con sede en China han establecido una presencia significativa en múltiples sectores de la economía digital y la infraestructura de México. En telecomunicaciones, Huawei opera en México desde hace más de dos décadas y ha establecido allí un importante centro regional de formación, un centro de investigación y desarrollo y un centro de llamadas. Empresas mexicanas de telecomunicaciones como Telefónica, del multimillonario Carlos Slim, que antes veían a Huawei como un rival, han llegado a asociarse con ella en México y a utilizarla como proveedor. Las marcas chinas Huawei y Xiaomi abarcan juntas una cuarta parte del mercado mexicano de teléfonos inteligentes. En 2018, Huawei fue contratada por el gobierno mexicano para instalar 30.000 hotspots WiFi en todo el país.  Aunque el gobierno mexicano, para aliviar las preocupaciones de seguridad de la información de Estados Unidos, dio el contrato para la “red compartida” 5G de México en el norte del país a Nokia en lugar de a Huawei, este último todavía está posicionado para desempeñar un papel dominante a medida que México despliega la infraestructura 5G.

Más allá de las telecomunicaciones tradicionales, Huawei también tiene un centro de computación en nube en México. Ofrece precios bajos y otros incentivos para atraer a startups tecnológicas mexicanas y otras empresas para que ubiquen sus datos y procesos en la nube de Huawei.

La penetración de China en la economía digital de México, y las preocupaciones de seguridad asociadas a ella, van más allá de Huawei. La empresa de comercio electrónico Alibaba amplió sus operaciones en México durante la pandemia. La empresa de viajes compartidos Didi Chuxing, con sede en la República Popular China, también hizo grandes avances en México durante el período, a pesar de la resistencia de los taxistas tradicionales de México, en parte mediante la ampliación de la oferta a través de incentivos a los conductores y productos alternativos, como los servicios de entrega de alimentos. La aplicación de mensajería china TikTok, que tiene restricciones en Estados Unidos por preocupaciones de seguridad de datos, es ampliamente utilizada en México, y en marzo de 2023, el gobierno mexicano anunció que no prohibiría el software en el país.

En el sector de los sistemas de seguridad, la empresa de sistemas de vigilancia Hikvision, con sede en la República Popular China, tiene una presencia significativa en México, impulsada por su adquisición de una participación importante en la empresa mexicana de sistemas de seguridad Syscom en 2021. La empresa china de tecnología de vigilancia Dahua también está presente en el país.

China también tiene un papel importante en otras tecnologías digitales menos reconocidas en México. Los escáneres construidos por la empresa Nuctec, con sede en la República Popular China, por ejemplo, se utilizan en las aduanas mexicanas y en los puestos de control fronterizos, dando a los que tienen acceso a los datos información significativa sobre los artículos que entran, salen y atraviesan el país, incluyendo cierta capacidad para acceder a las características de los equipos electrónicos.

La empresa china ZPMC es un proveedor clave de grúas para los principales puertos internacionales mexicanos, como Manzanillo. El gobierno de Estados Unidos ve un riesgo potencial en los escáneres digitales de ZPMC porque recogen datos considerables sobre el contenido de los contenedores y otros artículos que pasan por esos puertos.

Banca

La posición de la RPC en el sector financiero mexicano es más significativa de lo que comúnmente se reconoce. El Hong Kong Shanghai Bank of China (HSBC) ha sido durante mucho tiempo un actor clave en el sector financiero de México, como en muchas otras partes del mundo. Además, el Banco de Industria y Comercio de China (ICBC) y el Banco de China tienen oficinas en México. En cambio, el China Construction Bank (CCB), presente en Brasil, no tiene oficina en México. UnionPay de China facilita el acceso a los fondos de las instituciones financieras chinas en México.

Más allá de apoyar el avance de los negocios basados en la RPC en el país, la creciente presencia de la RPC en el sector financiero mexicano, junto con la expansión de sus actividades comerciales y su presencia sobre el terreno en el país, facilita el blanqueo de dinero por parte de grupos chinos del crimen organizado en apoyo de los cárteles de la droga mexicanos, como se analiza más adelante en este trabajo.

A diferencia de Brasil y Argentina, México aún no está trabajando con la RPC en el uso significativo y activo del RMB a través de transacciones comerciales o acuerdos de canje bancario en México. No obstante, si bien el desequilibrio comercial entre México y China señalado anteriormente complica el uso del RMB en los pagos entre ambos países, la fuerte presencia de la RPC en el sistema financiero mexicano crea las bases para avanzar en esa dirección si un futuro gobierno mexicano así lo desea.

Redes chinas de persona a persona en México

Como en otros lugares de la región, la RPC utiliza redes multifacéticas de “persona a persona” para expandir su influencia y perseguir sus intereses en México. La RPC opera cinco Institutos Confucio en México para la enseñanza oficialmente autorizada de la lengua y cultura chinas. Están establecidos en dos importantes universidades de Ciudad de México, así como en las universidades autónomas de Nuevo León, Yucatán y Chihuahua. Estas instituciones actúan como guardianes para captar futuros líderes políticos y empresariales mexicanos capaces con interés en China y patrocinar la educación de los más prometedores en instituciones de la RPC.

Más allá de los Institutos Confucio, las instituciones con sede en la RPC patrocinan numerosos viajes de académicos, consultores y periodistas mexicanos a la RPC, cortejando a los mexicanos más conocedores de la RPC y su sistema, creando lazos de buena voluntad y obligación que les hacen reacios a hablar en contra de los riesgos y aspectos negativos del sistema chino, o a perseguir los intereses de sus países en áreas donde éstos entran en conflicto con los objetivos de la RPC.

Dentro del propio México, el Partido Comunista Chino también mantiene una red de actividades del Departamento de Trabajo del Frente Unido, incluyendo grupos que abogan por una mayor penetración comercial China-México, como la Cámara de Comercio China-México, o el grupo de amistad México-China en la legislatura mexicana.

Crimen organizado

Las actividades de la delincuencia organizada china en México son motivo de creciente preocupación y afectan a la región a través de las drogas, la inmigración y otras vías.

Aunque la mayoría de los mexicanos de etnia china respetan la ley, las tríadas chinas y otros grupos de delincuencia organizada están profundamente arraigados en México, vinculados a las tradiciones de esas comunidades de autoorganización, autoayuda y autofinanciación.

Los estudios sobre el crimen organizado chino en México destacan a grupos separados de las provincias de Guandong y Fujian, que a veces colaboran en áreas como el tráfico de personas.

México es una ruta común para el tráfico de personas por parte de ambos grupos. Las familias locales recaudan dinero para que las bandas chinas que operan a escala internacional lleven a personas desde China a través de la región hasta México, generalmente con Estados Unidos como destino final previsto. Las bandas organizan el transporte y la documentación necesarios y los ubican en empresas chinas legítimas en México, donde trabajan a menudo en condiciones de servidumbre para pagar la deuda contraída para trasladarlos.

México también se ha convertido en un centro de importación de fentanilo y precursores químicos chinos, y su transformación en drogas ilícitas responsables de la muerte por sobredosis de 106.000 residentes en Estados Unidos solo el año pasado. Según un informe de 2014 del Fiscal General de México, los cárteles con mayor proyección internacional del país, Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), han trabajado durante años con tríadas chinas como 14K y Sun Yee On para importar precursores, principalmente de Wuhan. Más recientemente, esos cárteles han establecido laboratorios y prensas de pastillas importando precursores químicos chinos, transformándolos y enviándolos a Estados Unidos. En abril de 2023, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro de Estados Unidos designó a dos empresas químicas chinas, Wuhan Shuokang Biological Tech Co. y Xiaoli Pharmatech Co. por su participación en tales actividades. En junio de 2023, el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó cargos contra Anhui Rencheng Technology Co, Anhui Moker New Material Technology Co, Shutong Wang y Shifang Ruan por conspirar para importar fentanilo a Estados Unidos.

La sensibilidad política de la red México-China se puso de manifiesto cuando, en respuesta a las preocupaciones expresadas en Estados Unidos, el presidente de México, AMLO, pidió públicamente ayuda a su homólogo chino, Xi Jinping, sobre el asunto, aunque los chinos negaron deshonestamente tener conocimiento de envíos ilegales de fentanilo de la República Popular China a México.

Muchas de esas drogas y precursores se introducen a través de puertos mexicanos operados por la empresa china Hutchison, incluyendo Manzanillo y Lázaro Cárdenas, como lo ilustra una intercepción de drogas de alto perfil en mayo de 2023.

Más allá del fentanilo, como se ha señalado anteriormente, los grupos delictivos organizados chinos están cada vez más implicados en el blanqueo de dinero para los grupos delictivos mexicanos, lo que complica enormemente los esfuerzos de las autoridades para rastrear y perseguir las redes financieras de los cárteles.

El papel cada vez más importante que desempeña la delincuencia organizada transnacional china en el blanqueo de capitales refleja la sinergia entre la presencia local de grupos delictivos organizados chinos en México, ya mencionada, sus antiguos vínculos con los cárteles de la droga mexicanos y las oportunidades que ofrecen los crecientes lazos comerciales y financieros entre la República Popular China y México. Durante más de una década, los cárteles mexicanos han utilizado bancos y otras instituciones con sede en la República Popular China para blanquear dinero procedente del comercio. En 2012, por ejemplo, México multó a su mayor banco chino, HSBC, por la laxitud de los controles de blanqueo de capitales en transacciones relacionadas con China. Casos más recientes ponen de relieve cómo estas actividades de blanqueo se han ampliado y han evolucionado de forma peligrosa.

Las tríadas chinas emplean ahora sus redes internacionales para blanquear los ingresos en efectivo de los cárteles mexicanos en Estados Unidos y otros lugares, de formas que disminuyen significativamente los riesgos y costes para los cárteles respecto a los medios tradicionales, al tiempo que aumentan la rapidez con la que pueden obtener su dinero. En un esquema promovido por Li Xizhi, delincuente chino establecido en México, conocido como “dinero volador”, los miembros de la Tríada recogían dólares de los cárteles en Estados Unidos y les entregaban la cantidad equivalente de pesos en México en cuestión de horas, cobrando a los cárteles comisiones tan bajas como el 2 por ciento. Venderían los dólares a chinos adinerados que quisieran sacar su RNB de la RPC, y luego proporcionarían el RNB obtenido a través de dichos tratos a empresas en México que necesitaran moneda china para comprar bienes en China. Cada uno de estos pasos aprovecha la opacidad de las instituciones financieras chinas para hacer que las transacciones sean casi imposibles de rastrear para las autoridades occidentales.

China también está implicada en la delincuencia organizada mexicana como intermediaria y compradora para una serie de actividades ilícitas, entre ellas en el sector minero, así como en la pesca. China es la principal fuente de demanda y comprador de la vejiga de la totoaba en peligro de extinción, obtenida principalmente en el Mar de Cortés, y los grupos delictivos chinos que operan en la zona desempeñan un papel clave en el comercio ilícito. Aunque el gobierno mexicano ha intentado reprimir la pesca ilegal de totoaba, sus esfuerzos sólo han tenido un impacto limitado. Los grupos delictivos chinos están igualmente implicados en el comercio ilegal de especies silvestres en México, como mariposas, caballitos de mar, aletas de tiburón y dientes de tigre, entre otros artículos. Estas actividades suelen estar interconectadas con el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas a través de complejos sistemas de blanqueo de dinero.

Compromiso en materia de seguridad

El compromiso militar de la RPC con México ha sido relativamente limitado, lo que refleja los estrechos lazos de seguridad de Estados Unidos con los tres gobiernos anteriores de México, mientras que las actividades comerciales y políticas de la RPC en el hemisferio se han expandido.

El Ejército y la Armada de México han visitado y recibido periódicamente delegaciones de sus homólogos del Ejército Popular de Liberación (EPL), y un número limitado de militares mexicanos han acudido a la RPC para recibir formación militar profesional y cursos de entrenamiento, entre ellos varios con los que el autor ha hablado personalmente.

Las empresas de seguridad privada con sede en la RPC han tenido una presencia menor en México, incluido el “Consejo de Seguridad México-China” formado en 2012 por el ex funcionario de la RPC Feng Chengkang para proteger al personal chino de las bandas.

Sin embargo, el ejército mexicano no ha comprado públicamente sistemas de armamento chinos ni ha recibido donaciones significativas de equipo militar chino. Tampoco han firmado públicamente acuerdos de cooperación en materia de defensa.

Mirando al futuro

El fomento del nearshoring derivado de las tensiones entre EE.UU. y la RPC y el desacoplamiento económico seguirán, irónicamente, alentando el movimiento de empresas con sede en la RPC hacia México, incluso mientras la incertidumbre derivada de las políticas de AMLO y su favoritismo del Estado mexicano en los sectores del petróleo, la electricidad y otros desalienta a una parte de otros inversores que, de otro modo, acudirían en masa a México para el nearshoring.

Es difícil predecir el equilibrio que el próximo gobierno mexicano, que será elegido en junio de 2024, mantendrá hacia la RPC y Estados Unidos. En el contexto del entorno político de México, cada uno de los principales contendientes para dirigir México en 2024: Claudia Scheinbaum, Marcelo Ebrard o Xóchitl Gálvez, probablemente manejarán de diferentes maneras los incentivos y tensiones en pugna, así como las promesas y los riesgos del compromiso con la RPC.

Quienquiera que prevalezca en las elecciones mexicanas de 2024 debe evaluar el compromiso del país con la RPC en términos del interés a largo plazo del país, en el contexto de la geografía en la que México se encuentra. Esa geografía define no sólo los imperativos para la cooperación continua de México con su vecino del Norte en materia de seguridad y migración, sino también las relaciones económicas que tienen más sentido para México, desde la perspectiva del atractivo del mercado de América del Norte para las exportaciones mexicanas, y el valor para México de las cadenas de suministro integradas que conectan a México con el mercado de América del Norte, con la previsibilidad administrativa y legal y otros incentivos a la inversión proporcionados por el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés).

México, como Estado soberano, tiene todo el derecho de buscar relaciones políticas, económicas y de otro tipo con la República Popular China. Sin embargo, el gobierno mexicano tiene la obligación de hacerlo de la manera más efectiva para los intereses a largo plazo del pueblo mexicano. Para ello, el papel inherente de la RPC como competidor estructural de la industria mexicana y sus esfuerzos por capturar el valor agregado de las cadenas de suministro de manufactura y tecnología para el pueblo mexicano deben ser una consideración fundamental.

Al igual que con otros gobiernos de América Latina, la piedra angular del compromiso del próximo gobierno de México con China debe ser la transparencia y el buen gobierno. La transparencia ayudará a garantizar que los acuerdos que se firmen redunden en beneficio del pueblo mexicano, y no en beneficios colaterales para las élites que los firmen, o cuyos socios y familiares se incorporen al negocio. De cara a futuros e importantes proyectos de infraestructuras, como el corredor transísmico, la colaboración efectiva de México con la República Popular China requiere instituciones fuertes con una planificación competente de los requisitos para garantizar que las inversiones del dinero del pueblo estén respaldadas por un argumento empresarial sólido, de modo que se cree un valor duradero para el pueblo mexicano, y no sólo para las empresas chinas que construyan los proyectos. Exige igualdad de condiciones y una evaluación técnicamente competente de los contratos y la adjudicación de los licitadores.

En materia de seguridad, es vital que México también exija a la RPC una mayor transparencia en relación con su suministro de fentanilo, que alimenta la riqueza y la violencia de cárteles como el de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, así como cooperación en relación con las actividades de las mafias con sede en la RPC dedicadas al tráfico de personas, el blanqueo de dinero y otras actividades ilícitas en territorio mexicano.

A medida que México busca oportunidades con la RPC desde la perspectiva de la transparencia y la fortaleza institucional, Estados Unidos tiene un papel inherente, tanto en la protección de sus propios intereses, como en ayudar a México a conducir su relación con la RPC de manera segura y exitosa. Ello incluye la cooperación permanente en materia de seguridad entre Estados Unidos y México en asuntos como el fentanilo de origen chino que los cárteles mexicanos trafican a Estados Unidos, los esquemas de lavado de dinero como el “Dinero Volador” que involucran a los tres países, la migración hacia Estados Unidos que involucra a mafias chinas en México, y la infraestructura china de telecomunicaciones y electricidad en México que está integrada con la de Estados Unidos, sólo por mencionar algunos. Estados Unidos ha trabajado con México bajo el acuerdo de Mérida y ahora el marco del Bicentenario para ayudar a fortalecer las instituciones mexicanas y resolver retos comunes. Este principio de asociación entre EE.UU. y México tiene más sentido que nunca, ya que el próximo gobierno de México persigue los beneficios económicos potenciales de relacionarse con China, al tiempo que trata de evitar los escollos.